Hace una semana conversamos que, en el cambiante mundo de las relaciones públicas, surge una nueva herramienta que promete transformar por completo la forma en que las marcas se relacionan con la prensa y, por ende, con sus audiencias: el NeuroPR. Este enfoque revolucionario, estoy convencida, está destinado a convertirse en un paso esencial para cualquier estrategia de relaciones públicas exitosa en el futuro.
En la actualidad, las marcas están más decididas que nunca a humanizarse, a dejar atrás la frialdad corporativa y a establecer conexiones más cercanas con sus consumidores y usuarios. Como agencias de relaciones públicas, nuestra responsabilidad se intensifica para asegurar que estas relaciones sean no solo armónicas, sino genuinas y significativas.
La humanización de la marca, un concepto que busca acercar a los consumidores a la empresa a través de un trato cálido y personalizado, se ha centrado principalmente en áreas como atención al cliente, ventas y marketing. Sin embargo, ha llegado el momento de llevar este concepto un paso más allá y forjar una relación real con uno de los pilares fundamentales de la reputación empresarial: la prensa.
Si una marca aspira a presentarse como humana, auténtica, transparente e incluso imperfecta, es esencial que cada interacción con sus grupos de interés genere empatía tal como hacemos los seres humanos. Aquí es donde entra en juego el NeuroPR. Al lograr que los periodistas empaticen con la marca, se crea un puente emocional que se traslada a sus audiencias. Fomentar estas relaciones, establecer una conexión genuina y asegurar la satisfacción de los periodistas puede traducirse en la mejora de la percepción pública.
Así el NeuroPR representa una evolución necesaria en las estrategias de relaciones públicas. Al abrazar este enfoque, las marcas pueden esperar una conexión más profunda con sus consumidores. La humanización auténtica es el camino hacia la restauración de la confianza y la construcción de relaciones duraderas en la era moderna de las comunicaciones corporativas en el Perú.
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